lunes, 5 de octubre de 2009

Reducir el consumo de carne ayuda a la salud y reduce la emisión de gases de efecto invernadero

Hospitales reducen el impacto climático y promueven salud a través de reducir la oferta de carne un 20 por ciento.

Health Care Without Harm (HCWH)/Salud sin Daño ha anunciado el “Desafío menú equilibrado”, un compromiso voluntario de las instituciones de salud para reducir la oferta de carne un 20 por ciento en la comida de los pacientes y la cafetería de los hospitales en los próximos 12 meses. Menú balanceado es una estrategia para reducir el cambio climático protegiendo también la efectividad de los antibióticos y promoviendo la buena nutrición.
El Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA por sus siglas en ingles) recomienda la ingesta diaria 150-180 gr de carne, pescado, aves y legumbres y los americanos comen solo en carne un promedio de 230 gr al día. Los servicios de comida de los hospitales a menudo reflejan esta tendencia.

El alto consumo de carne incrementa el riesgo de
  • enfermedades cardiovasculares
  • obesidad,
  • diabetes,
  • síndrome metabólico,
  • demencia
  • algunos tipos de cáncer.
El sobre consumo de carne contribuye al costo abrumador del sistema de salud de Estados Unidos (estimado en U$S 147B solo para control de la obesidad), también a daños ambientales tal como cambio climático y la contaminación del agua y aire.
La producción de carne depende fuertemente del uso de combustibles fósiles, y la producción de carne roja en particular es particularmente intensiva en energía ya que requiere aportes importantes de fertilizantes sintéticos y plaguicidas para el crecimiento de los cultivos para alimentación. El sistema alimentario utiliza más del 10 por ciento del uso total de energía en Estados Unidos.

Globalmente, la producción de ganado para carne y lácteo representa el 18 por ciento de la emisión de gases de efecto invernadero, mas que todos los automóviles, trenes y aviones combinados en la tierra.

La mayoría de la carne se produce bajo un sistema en el cual los animales son alimentados en forma rutinaria con antibióticos para crezcan más rápido y consuman menos alimento en grano. Compuestos de arsénico y hormonas se les administran por las mismas razones. Estos aditivos contaminan el estiércol que luego sale de estas instalaciones hacinadas, contaminando tierra, aire y agua. La producción sostenible de carne y aves de corral excluye el uso de antibióticos con fines no terapéuticos. Aproximadamente el 70 por ciento de todos los antibióticos utilizados en los EE.UU. se da a los animales sanos para promover el crecimiento y compensar las condiciones de hacinamiento y prácticas de agricultura pobres en la producción convencional de animales.

Más información disponible en ingles sobre “Desafío menúes equilibrado”: http://noharm.org/us_canada/issues/food/menus.php